Serie: AARÓN #2

Escrito por:
El Canto del Gallo

Cómplice voluntario

Leemos (Éxodo 32)

Confusión y Presión. Cada paso hacia la tierra prometida despertaba dudas y esperanzas en los corazones de los peregrinos; pero cuando se detuvieron, la ansiedad gobernó sus mentes impidiéndoles disfrutar aquello que ante sus ojos había sido manifestado, Dios hablando a Su siervo Moisés. La ansiedad trae confusión. Aquel sentir que nace en corazones débiles se propaga cual dañina epidemia, es que el doble ánimo hace tambalear, aún, a quien se cree fuerte. ¿Por qué se tardaba tanto Moisés? Querían explicaciones del obrar del Dios soberano. Necesitaban ver a Moisés para poder sentirse seguros, al no ser atendidos en su reclamo exigen un liderazgo visible. Este episodio muestra la impaciencia como una de las raíces del pecado. Cuántas veces, al no ver una respuesta inmediata de Dios, buscamos sustitutos. 

Ceder y Propuesta. La situación colocó a Aarón bajo presión, tenía ante él la posibilidad de acercar al pueblo nuevamente a los pies de Dios, pero cedió ante los deseos de ellos. Quedó así de manifiesto la debilidad de un líder que cede frente a la presión social y el temor a desagradar a los hombres en lugar de a Dios. Charles Spurgeon dijo: "El pastor debe ser el guardián del rebaño, no el cómplice de su extravío”. La propuesta fue concreta “haznos dioses que vayan delante de nosotros”, Juan Calvino comenta diciendo: "El corazón humano es una fábrica de ídolos." Aarón cede inmediatamente ocupándose en satisfacer al pueblo sin consultar con Dios. James Packer añade: "La idolatría no es solo hacer imágenes, sino confiar en cualquier cosa menos en Dios para la seguridad y el significado de la vida."

Caída y Pérdida. Hicieron un culto de aquello que deseaban en su interior y declararon “día de fiesta a Jehová”. El becerro de oro fue mucho más que una figura de metal. Representó el intento del pueblo de reemplazar al Dios viviente por algo tangible. Ésta nueva santidad ideada expone el deseo de vivir cerca de Dios según principios humanos desechando los divinos. Tuvieron en poco que Dios en Su santidad actuaría de manera inmediata. Moisés, advertido por Dios, descendió invadido por la angustia de la situación expresando que “para vergüenza entre sus enemigos” había sido este accionar. 
Un pueblo y un liderazgo de “…dura cerviz” (cuello duro). Habla de un pueblo que no sigue las instrucciones de la cabeza (Dios), y no está dispuesto a cambiar su forma de ser y de pensar. ¿Será esa tu actitud?


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